Proverbios 4: 23
“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;Porque de él mana la vida”.
Esto de las edades en el amor es un enredo tremendo, algunos están a favor de que no importa la diferencia de edades en el amor y otros están en contra de que las edades sean demasiadas marcadas.
La verdad es que no hay una ley marcada que así tiene que ser, pues hay casos de casos, matrimonios felizmente casados en donde la diferencia de edades a veces es muy marcada. Cuando hablo de edades marcadas me refiero a diferencias de entre diez y quince años en adelante.
Lo cierto es que Dios actúa de diferentes maneras y no lo podemos encerrar en una caja, pero también no solo por esa razón, tomaremos decisiones precipitadas que nos pueden causar fracasos emocionales que marcaran nuestra vida amorosa.
Digo esto, porque he conocido casos en donde personas con edad muy distantes se han casado y ya sea por la inmadurez de uno o la sobre madurez del otro han tenido problemas grandísimos que han derivado en fracasos matrimoniales.
La voluntad de Dios es que seas sabio a la hora de decidir con quien quieres pasar el resto de tu vida. Si aun eres un jovencito de veinte años en adelante y te andas fijando en un jovencita de trece, catorce o quince años, yo te diría que le pidas a Dios mas sabiduría, pues esas niñas apenas y comienzan su etapa de adolescentes, tienen mucha inmadurez que las puede llevar a cometer grandes errores en sus decisiones, hoy te puede decir que te quiere y mañana te dice que ya no, y todo esto por su poca experiencia de vida.
Personalmente en consejerias yo recomiendo entablar noviazgos de los veintidós o veintitrés años en adelante, ¿Por qué?, pues porque es una edad en donde ya se esta pronto a salir de una carrera universitaria y en donde ya has adquirido un poco mas de madurez como para tomar decisiones que marquen de una forma positiva tu vida.
También debo decir que no creo mucho en noviazgos demasiados jóvenes, y lo fundamento en el hecho de que la mayoría de noviazgos jóvenes no llegan a concretar un feliz matrimonio, ojo, digo que la mayoría no todos, pero en términos generales siempre fracasan, porque se tomaron decisiones dejadas llevar por emociones juveniles mas que por voluntad Divina.
Lo que si puedo decir con seguridad es que EL AMOR NO TIENE EDAD, nadie esta obligado a no enamorarse, así sea alguien de muy corta edad o de mucha edad, todos nos enamoramos en algún momento de la vida, pero la pregunta que debemos considerar es: ¿Me estoy enamorando de la persona correcta?, digo esto porque muchas veces nos dejamos llevar por la emoción, esa que nos hace sentir maripositas en el estomago y que nos hace sentir atracción por alguien. Pero mas allá de eso debemos considerar si es la persona adecuada pasando un análisis en todo sentido de esta persona, desde su físico, su forma de ser, su espiritualidad, hasta su edad, porque pueda ser el caso que te estés enamorando de un amor prohibido, de alguien de demasiada corta edad a tal caso de meterte en problemas familiares o congregacionales.
También es de tratar de guardar tu corazón, porque habrán personas con alta diferencia de edad que querrán con palabras bonitas endulzar tu oído, y esto se da debido a la experiencia de vida que una persona con mas edad pueda tener, el error que se da que muchas muchachitas jóvenes seden ante las palabras bonitas que hombres maduros les hablan, es ahí en donde tenemos que analizar bien si lo que siento es de parte de Dios o es una simple emoción provocada por lindas palabras y frases.
La edad no siempre será lo más importante, pero si tómala en cuenta, pues también dictara cuanto tiempo vivirás con esa persona de concretarse un matrimonio, pues alguien de muy alta edad no tendrá los mismos años de vida que una persona de corta edad. Pero realmente no podemos encajonar al amor respecto a las edades, pero lo que si puedes hacer es orar y pedirle dirección a Dios para tomar decisiones sabias y no dejadas llevar por el emocionalismo.
La Edad no dictara el amor, pero no esta demás tomarla en cuenta a la hora de tomar una decisión.
Autor: Enrique Monterroza
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